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María Rumaja / El Rincón del Diablo - poesía

 

He pensado tanto en el suicidio...

sé que vivo infiel a mi maridaje con la muerte.

- sigo aún con vida -

He pensado en mil formas de acabar con el suplicio

de vivir,

de sentir,

he batallado con mi condición de mujer.

He buscado mil formas de sellar mi entrepierna,

de mutilar mis senos.

Cada segundo me encamina a la demencia.

 

He creado un discurso bien planificado...

con palabras sin intención de reproche

dictadas ahora por mi garganta,

mi garganta siempre temblorosa y traicionera,

 

He planificado mi suicidio

mientras irradiaba una luz sobre el escritorio...

con un revólver en la mano menos hábil

y en el corazón la cobardía de existir

sabiendo que nada esta perdido.

 

Hoy he tropezado con mi alma,

pienso más en el suicidio,

cohabito con su sombra

y desde mis liadas diatribas

le creo himnos de alabanza

y frases trilladas.

 

 

 

 

Colores

 

Solo podré ser yo

cuando destierren los reglamentos

de la libertad.

 

Cuando el mundo

deje de ser rojo

y mis paredes blancas

puedan desgastarse con el color del tiempo.

 

El charco carmín

de mi vereda

no es un veneno expandido

es mi tristeza humectando el polvo.

Es mi furia

pregonando que no soy más violeta

que soy violenta

que estoy con vida.

 

 

 

 

Las chicas de la esquina

 

Las chicas de la esquina

viven felices

en su universo de fantasía

constituido por 10 cuadras,

su avenida principal

es la calle que da al mercado.

 

Al caer la noche chismosean con sus amigas

debaten sobre las relaciones sociales del barrio

intercambian filosofías del maquillaje.

Los vagos de la cuadra las pretenden,

ellas se sienten muy superiores

para aceptarlos

pues se creen mujeres de mundo

e intelectuales, después de leer a Coelho.

 

Yo observé su insignificancia desde mi ventana,

Terminaba con el orgullo y prejuicio de Jean Austen

-mundo no has cambiado-

Todavía se puede escribir sobre mujeres

que a cierta edad

se siguen desesperando por tener marido,

buscan al mejor candidato,

uno al que puedan dominar desde su simpleza.

 

Comparé a las Bennet con las chicas de la esquina

-fatal contraste-

Igual la segunda sigue siendo la más bella,

lástima que sea la más tonta,

de no ser así sería la prefecta Isabel

    una damisela hermosa y llena de astucia.

 

En algún tiempo quise colarme en su mundo,

por poco y me asfixio en tanta tontera,

media semana me duró el reto

tenían buenos libros en la cabeza

les servían para modelar su postura.

 

Agradecí a la razón salvarme de ese desafío

mi inconformidad me abre los ojos al verdadero mundo

pero a veces la vida es más fácil cuando sabes nada

cuando ignoras el más allá de tus pestañas rizadas

la vida gira sobre risas

y la muerte-la pobreza-la hipocresía-el dolor-la soledad

son solo palabras desconocidas.

 

 

 

 

Déjame en ese rincón...

 

Si te dejo

prométeme que romperás

el espejo más grande de la habitación.

Que pintarás tu cabello del tono más escandaloso

o que te cortarás las venas y

escribirás mi nombre con tu sangre.

Prométeme que serás patética.

 

No, no leas novelas de amor...

No llores...

No me olvides...

menos me recuerdes,

déjame en ese rincón...

 

 

 

 

Existencia (1)

 

Cómo puedo escribir una historia

(mi verdadera historia)

que no abarque más de cuatro paredes

que gire en torno al diminuto espacio del pensamiento

que es extenso y a la vez estrecho.

Cómo moldear mis adjetivos sobre un piso invisible

Cómo desnudar cada palabra intangible,

sin sentir culpa de haber violado ciertas normas.

 

Cómo vivir partiendo desde el angosto pasaje de la muerte,

con la medianoche catapultando mis palabras

envolviendo cada fracción mía en un acta de defunción.

 

Cómo podría contar lo que he vivido,

mis batallas con el delirio...

Simulando alegrías frente a mi propia destrucción.

 

Cómo podría contar lo que no he vivido...

 

Podría alterar mi realidad,

poseo el don del eufemismo,

decir que fui feliz,

que mis mañanas corrían al ritmo de un violín,

sin tardes tormentosas,

con las noches recostada en las sábanas del cielo,

entregada a la armónica creación de la palabra.

 

Podría mentir y decir que tuve vida.

 

 

© María Rumaja